Cuando la motivación es más que una simple palabra



Ayer comentaba con una buena amiga el momento actual de crisis que estamos viviendo y como eso está afectando a los trabajadores, a sus nóminas y a sus condiciones laborales. Ella me explicaba que en su empresa tienen 5 colectivos diferentes, con beneficios y diferencias laborales unos respecto a los otros, me emplicaba que esas diferencias derivaron de diversas negociaciones a lo largo de los años, de cambios estructurales y en la dirección de la empresa. Estas diferencias entre unos trabajadores y otros de una misma sección hacía que hubieran discordancias dentro de la empresa y que esto sólo se podía entender y explicar viendo como cada colectivo había negociado sus intereses en su tiempo. Algunos habían tenido mejores posibilidades gracias a la situación de la empresa en ese momento de negociación y otros por el contrario habían salido  menos favorecidos al negociar en un momento complicado.
En ese momento recordé cuantas veces había luchado por un ascenso que no se me había concedido o por un aumento de sueldo, cuantas veces pensé que aún haciendo el mismo trabajo que otros compañeros yo seguía sin poder mejorar mis condiciones y ponerme a un nivel similar al de ellos. Está claro que en su momento negocié y negocié muy mal mis condiciones, supongo que la experiencia de los años hace que esto mejore pero en su momento no lo supe hacer mejor y ahora toca pagar las consecuencias de aquello y de una situación de crisis que arrastramos desde hace unos años. Pero sinceramente, aunque en muchos momentos esa situación laboral me ha resultado algo incómoda, he de reconocer que de alguna forma he logrado que hubiera otras cosas que  me llenaran, como por ejemplo, la satisfacción de hacer cada día bien mi trabajo y de poner en cada uno de los proyectos que llevaba a cabo todo mi corazón y todas mis fuerzas. El ver como cada proyecto salía adelante, como los clientes se mostraban contentos con mi trabajo y el llegar a crear lazos de confianza con ellos hacía que mi motivación no decreciera sino que creciera al ritmo que crecía yo como persona y como profesional.
Sino recuerdo mal, hubo un momento antes de incorporarme a esta empresa, en que pensé que acabaría trabajando en un estudio de diseño y creación en alguna empresa, mis ganas de formarme me llevaron a completar una parte que en aquel momento era mi debilidad, la producción y su control, así que decidí hacer prácticas de producción en una empresa cercana a mi casa para evitar tener más gastos de los necesarios. Y el resultado fue que acabé trabajando para ellos, porque realmente me gustó lo que hacía. Desde entonces ya han pasado varios años y durante esos años he vivido miles de experiencias laborales, algunas buenas y otras no tan buenas, pero todas ellas me han enriquecido como persona y me han hecho crecer como profesional y eso tiene un gran valor para mí. Esos años me han permitido conocer grandes editoriales como Gallimard, Random House, Grupo Anaya, Flammarion, etc… y establecer grandes lazos profesionales llenos de confianza, colaboración y compromiso,  donde hemos vivido juntos momentos complicados, momentos distendidos, momentos de risas y complicidad, en fin, ha habido momentos de todos los tipos y todos han sido nobles, es por ello que siempre agradeceré  esa oportunidad a mi empresa, la oportunidad de poder conocer a otros profesionales de otras grandes empresas con los cuales hay una amistad profesional muy grande basada en la confianza y en el buen hacer de ambos.
Parte de mi motivación profesional se ve sustentada por esas relaciones laborales que se han creado a lo largo de los años y que han hecho que aumente mi determinación y mi seguridad como profesional, por esa misma razón no puedo obviar dar las gracias a todos los clientes con los cuales he trabajado y sigo trabajando.
Simplemente gracias, a todos.

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